viernes, 4 de febrero de 2011

G U E R R E R O


No es grato para los Guerrerenses y para los Coyuquenses las cosas que suceden en nuestro entorno después de la reciente contienda electoral, con el triunfo del Lic. Ángel Heladio Aguirre Rivero, les paso las opiniones de dos columnistas de renombre a nivel nacional Coyuquenses de Nación y Corazón.


El Voto del hambre

Efraìn Serrano Solìs

El pasado domingo 30 de enero, cuando las tendencias comenzaròn a favorecer a Àngel Aguirre, los medios de comunicaciòn nacionales y locales, se preguntaban la disparidad del porcentaje respecto a la ùltima encuesta que daba ganador supuestamente al candidato de referencia por seis puntos porcentuales, setenta y dos horas antes comenzaron a circular por las principales cabeceraa de la entidad grupos de "choque", los cuales protegìan y atacaban primero a los que lucraban con el hambre del pueblo de Guerrero, comprando votos, y atacaban a los que supuestamente andaban repartiendo despensas y dinero, y asì sucediò en Acapulco, Coyuca de Benìtez, Chilpancingo, Iguala Taxco.

Tambièn fue evidente como los veintiocho Consejos Distritales, operaron para el candidato del PRD, a travès de los auxiliares electorales, los cuales favorecieron para que las urnas fueran preñadas en plena jornada electoral, con el total consentimiento de los funcionarios de casillas los cuales tambièn fueron en algunos lugares comprados con toda la estructura del PRI.

Pudo màs el hambre que la dignidad humana, pudo màs la despensa que las propuestas claras y convicentes del Dr. Manuel Añorve Baños, pudo màs la amenaza y el hostigamiento en contra de los humildes y honestos promotores del PRI, para inhibir el sufragio.

El PRD, piensa que el 2012, estos votos seràn para el candidato de su partido o coaliciòn, pero el 2012, esa serà otra historia, esos sufragios de la militancia priista que tomo otros caminos, ya esta de regreso, pero digo la militancia, no los traidores que se fueron del PRI, y que hoy se quieren llamar Priistas progresistas, a esos que se hacen llamar asì el Consejo Polìtico Municipal, en sus respectivos municipios ya se encargaran de ajustarle cuentas.



Zapata 21

· No debe regresar

Octavio Augusto Navarrete Gorjón

I

El retorno de Manuel Añorve a la alcaldía acapulqueña es una mala jugada política y una pésima noticia para los acapulqueños. En la izquierda deben estar de plácemes, porque la permanencia del candidato más arrolladoramente vencido en el municipio que gobernaba (o que gobierna, deberá decirse si se consuma el retorno) coloca al PRI en una situación muy desventajosa con miras a la batalla del 2012.

De cara a los números obtenidos en la elección (sobre todo en Acapulco), Añorve debería adoptar un perfil bajo, alejarse del lugar de las escaramuzas y permitir que uno de los suyos (José Luís Ávila Sánchez) restablezca con un buen trabajo político y administrativo, y con la discreción que lo caracteriza, un orden político distinto, más favorable al PRI. Eso es lo que aconseja el sentido común y el canon político; pero Añorve, que ya estaba mal antes de la campaña, terminó en ella de brotar su espíritu pendenciero. Su campaña fue de provocación; perdió el debate y terminó de enloquecer; recordemos que anunció su triunfo a las 6:30 de la tarde, con dos actas de casillas de pueblitos de Tierra Caliente.

A pesar de ese ridículo, y de un resultado electoral cuya conclusión es: votaron por Añorve donde NO LO CONOCEN, pretende seguir en el primer plano de la arena política, sin importarle el daño enorme que está haciendo a su partido.

II

Si Manuel Añorve regresa al palacio del Papagayo van a ocurrir varias cosas. En primer lugar, los ingresos del municipio se van a volver a desplomar, como cuando asumió como presidente. En ocho meses que Añorve no estuvo al frente del ayuntamiento los ingresos se recuperaron en un 16.2 por ciento. Con ello se comprueba que la gente no está prejuiciada contra el PRI; es a Añorve a quien no le quiere confiar su dinero. Destaco esta información porque José Luís Ávila logró estas cifras ¡En pleno proceso electoral!; es decir, en la etapa en que la ciudadanía, tradicionalmente, se niega a contribuir porque piensa que los políticos están usando los impuestos para otras cosas, no para obra pública o servicios. Al desplome de los ingresos va a seguir la solicitud desordenada de préstamos, qué, a diferencia del pasado perredista, no tendrán tasas de interés preferenciales al perder el municipio (en la gestión de Añorve) las calificaciones crediticias obtenidas por el gobierno de Zeferino Torreblanca y que mantuvieron los dos gobiernos de izquierda que le siguieron.

Se creará un círculo vicioso: no habrá obra pública porque no habrá recursos; los pocos que se consigan serán para el servicio de la deuda, que ya en estos momentos equivale a un 160 por ciento de los Ingresos Fiscales Ordinarios programados para este año. Al final del periodo gubernamental las finanzas municipales serán absolutamente ingobernables.

A nivel político, es evidente que el PRI no se recuperará con el liderazgo de un perdedor, que además (como es su costumbre) dará malas cuentas administrativas. Al contrario, la derrota tendrá efectos multiplicadores, si hoy fuera la elección el PRI tendría 150 mil votos menos.

Aunque pueda mantener una relación respetuosa con el nuevo gobernador (madurez política o falta de vergüenza, usted elija el calificativo) la relación será distinta a la que tenía con el gobernador Torreblanca, que, con el afán de ayudar al municipio, estaba pagando una deuda de 100 millones que no le correspondía (hasta que llegó la Ficht y díjole: momento, esta deuda es de Capama, el gobierno del estado es sólo aval, que la pague Acapulco).

Con el gobierno federal las relaciones serán más complicadas. En mala hora, al final de la campaña, Añorve rompió lanzas contra Felipe Calderón, al que acusó de injerencista por motivar (según él) la declinación de Marcos Efrén Parra. En respuesta, el gobierno federal filtró documentos legales comprometedores en contra de Añorve. Son de esperarse confrontaciones en este aspecto, en el cuál toda la ventaja la tiene el que despacha en los Pinos. De todos modos hay que estar atentos; cuando dos chaparritos pelean uno se divierte mucho, pero hay que estar a distancia de los cachimbazos; ya enojados la emprenden hasta contra el réferi.

Por lo demás, no se necesitan confrontaciones. Con la situación financiera que tiene Acapulco, basta con que el gobierno federal o estatal diga la frase que pronunció Pedro Páramo: “Me cruzaré de brazos y Comala se morirá”. Bastará la indiferencia para volver a aplastar al que busca venganza.

Acapulco tiene necesidad de recursos frescos a fondo perdido. El puerto ya no tiene soluciones de corto plazo; hay que hacer un enorme sacrificio para componer todo lo que descompuso Añorve. Repito, no debe asustarnos esta situación, la segunda década del siglo XXI (o sea, el tiempo que comenzó hace cuarenta días) estará signada por el endeudamiento masivo de estados y municipios. A su debido tiempo, habrá programas de rescate y condonación de importantes montos de la deuda. El problema para Acapulco es que ya necesita esos programas a fondo perdido cuando a nivel nacional apenas está comenzando el proceso de endeudamiento de los municipios.

III

El ex candidato puede todavía corregir. Debe actuar como un político maduro y no como un muchacho caprichudo. Ya nada puede hacer para concitar consensos; ya gastó mucho en una publicidad que hartó a la ciudadanía, ya regaló todo lo que tenía que regalar y sus listas de raya engordaron más allá de toda racionalidad; ya tuvo el apoyo pleno de Enrique Peña Nieto, de Galilea Montijo y del Chapulín Colorado (perdón, ese no vino, pero ni con él hubiera ganado). Ya tuvo el apoyo incondicional de conductores de radio y televisión, ya tuvo la mejor cobertura nacional para una campaña local; ya tuvo dinero ajeno a raudales y de dudosa procedencia. ¿Qué cosa le faltó para ganar? Política, eso fue lo que le hizo falta; prefirió la mercadotecnia, la amenaza de violencia, la censura y la promesa sin sustento.

En el puerto se interpretará su regreso como una actitud a un tiempo displicente y retadora ¿Qué dijo ayer en su gira de agradecimiento por costa grande? “Ustedes no tuvieron un candidato agachón”. O sea, que sigue en las mismas frases de la antipolítica con las que llenó su falta de programa durante la campaña; les recuerdo algunas: “Chaparrito pero cabrón” “Me vale madres”.

La ciudadanía se sentirá ofendida por un gobernante que regresa por el rencor y no por el afán de servir. Al PRI ya lo está premiando la población contribuyendo con sus cargas fiscales en los meses que lleva el presidente Ávila; una posición inteligente sería permitir que esa dinámica continuara y paulatinamente se vaya reconstituyendo un escenario más adecuado al PRI. De continuar ese proceso, a mediados de año habrán aumentado los ingresos en 20 por ciento. Con ese aumento y una disminución adecuada de los gastos en publicidad (que ya vimos que sirven para nada) mas alguna reestructuración administrativa, a finales del año Acapulco estará en condiciones de recuperar sus calificaciones crediticias y acceder a mercados de dinero en condiciones menos desventajosas que las que ahora tiene.

La intentona de Manuel Añorve no es contra la izquierda, que deberá estar riendo a carcajada batiente por la oportunidad de oro que se le presenta al hacer que la campaña de Enrique Peña Nieto sea dirigida en Guerrero por un perdedor, cuya minúscula figura quiere alzarse al cielo como alumbrada por una luz que agiganta su sombra y la arroja mucho más allá de cualquier sistema planetario. El regreso de Manuel Añorve es contra el PRI y sus direcciones reales y formales. Es un golpe de mano contra Rubén Figueroa Alcocer, René Juárez, Héctor Astudillo y todas las dirigencias formales del institucional en el estado; también contra la dirigencia nacional de Moreira, que apenas llega a la fiesta y ya le metieron una bola de cabronazos. El pequeño Napoleón quiere intentar su regreso desde la isla de Elba, para juntar a los aventureros que deseen acompañarlo y para llevar a su partido a otra derrota más estrepitosa y humillante.

IV

Tiene razón lector@, Manuel Añorve hundirá a Acapulco como Nerón incendió Roma y todos los acapulqueños y guerrerenses padeceremos ese desastre. Pero no está en nosotros impedirlo. Le asiste un derecho constitucional al retorno. La pelota ahora está en la cancha de los priístas; son ellos esencialmente los que tienen que convencerlo del contrasentido que implica su regreso y de las graves implicaciones (nacionales incluso) que tendrá el hecho de que intente ponerse al frente de su diezmado ejército.

En la política de hoy nadie pierde todo en una elección. Como político Manuel Añorve tiene salidas laterales y saltos adelante que podrán sacarlo de foco en Guerrero. El candidato nacional del tricolor será Peña Nieto, o tal vez Beltrones (dije Beltrones, con o, no con a); con ambos tiene el ex candidato excelentes relaciones. Debería explorarse una posibilidad al respecto, antes de que su regreso al ayuntamiento termine hundiendo al municipio (y tal vez a Guerrero) en una inestabilidad financiera, administrativa y política que a nadie beneficia.

El gobernador en funciones, el que se acaba de elegir, Rubén Figueroa Alcocer, René Juárez, Héctor Astudillo y otros políticos cercanos, deberían empeñar sus mejores oficios para corregir un suceso que puede lanzar a Acapulco al abismo de la desesperanza.

No se trata de humillar a alguien ni de negarle sus derechos constitucionales; se trata de buscar una salida digna a un tema donde una actitud vindicativa pretende robarle espacio a la política.

CORREO CHUAN

Este artículo está dedicado a doña Katia Marañón, por su cumpleaños. Dice el correo chuan que la intentona de Manuel Añorve de regresar a la administración que despreció para contender por la gubernatura es una mala señal para la política y la administración pública. Alguien debe convencerlo de que se esté quieto y que sus pies vuelvan a tocar el piso. Zapata 21 es una dirección de bellos recuerdos.


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