viernes, 21 de mayo de 2010

NO ES PARA REIRSE

A todos mis paisanos que les gusta este tipo de vehículos para andar de parranda y para las campañas políticas, que siempre llevan prisa, que no tienen la suficiente pericia o experiencia, tengan mucho cuidado, me ha tocado levantar varios así y con fatales consecuencias dos de los últimos en el crucero donde inicia la desviación hacia Los Barrios Unidos.



lunes, 17 de mayo de 2010

UNA NOCHE DE COPAS UNA NOCHE LOCA

Fue una noche de copas, fue una noche loca, Acapulco a pesar de sus problemas de inseguridad y de la crisis , no pierde su preferencia, el fin de semana pasado se registro un lleno casi total en sus playas, hoteles y en sus principales centros recreativos, para muestra un botón ojala que esto suceda con mayor frecuencia.

El glamour y la belleza siempre presentes

La Costera Miguel Alemán cerro un carril completo para brindar comodidad y seguridad a los presentes

Con lleno total y desfile de motociletas

Igualdad de genero pero siempre bellas y afectas a la adrenalina

El atractivo visual siempre presente
Acrobacias, arrancones y mucha diversión

pero sobre todo adrenalina

Mucha belleza

Un regalo para todos (no se engolosinen)
si quieren ver mas de esto solo tienen que venir a Acapulco de Benítez, Gro.
Claro que fue una noche loca, una noche de copas y una noche muy pero muy intensa










viernes, 14 de mayo de 2010

EL UNIVERSO POLÍTICO COYUQUENSE

Una nota periodística de nuestro buen amigo Miguel Ángel Cuevas Guinto sobre la grilla en el municipio, se la pasamos tal cual.

MIGUEL ANGEL CUEVAS GUINTO

COYUCA DE BENITEZ

TEL.: 4521359

Coyuca de Benítez

El Universo político coyuquense

Mirar románticamente el salpicado manto estelar en una noche estrellada, es lo más cercano, que una persona común y corriente puede tener con un viaje por el tiempo, para ser más preciso con un viaje al pasado; la luz, la imagen que nos llega de las estrellas que tiritan distantes, es la luz que emprendió un largo viaje de cientos o miles de años luz, algunas de ellas que tintan de resplandor el océano de la noche, ha siglos dejaron de existir, pero su luz en un viaje abismal siguen impresionando nuestros sentidos y lo seguirán por eones, incluso cuando sobre la Tierra no exista quien se maraville ni cuestione la inmensidad misteriosa del universo.

Posiblemente en el Universo existan más estrellas que almas humanas, dicen algunos que tantas o muchas más que todos los seres que han respirado y respiran sobre la faz de la Tierra, todas ellas (las estrellas), muriendo y renaciendo en el infinito creacionismo universal, en tanto se alejan unas de otras a velocidades fantásticas.

Mirar el alto cielo debería inspirarnos humildad y respeto ante la grandeza misteriosa que el conocimiento humano apenas concibe; los políticos mexicanos seguramente han elevado plegarias mirando el nimbado empíreo, pidiendo o exigiendo la curul o la presidencia por la que tanto han luchado a lo largo de su carrera política; los que han llegado, quienes tienen la oportunidad de ejercer el poder que les concede el privilegio de su investidura, cuando los maree su vana grandeza , en acto de catarsis deberían mirar el cielo, las estrellas para ser iluminados con una lección de humilde pequeñez.

De seguro existirán criaturas políticas en nuestro universo guerrerense, que cuando elevan la vista a la colosal inmensidad del espacio infinito se preguntarán sobre la posibilidad de hacerse de un juguete semejante, en su muy particular mundo, sin más fronteras que el alcance de su circunscrita visión y, su mayor limitada imaginación.

En Coyuca de Benítez, el universo político priista y sus estrellas gigantes rojas han cohesionado su gravedad en torno a Manuel Añorve; Ángel Aguirre se ha decantado por astros innúmeros y uno que otro “solecito”; ¿ahora preguntamos? si estas estrellas tendrán la fuerza suficiente para atraer en torno a Añorve o Aguirre la simpatía o el apoyo necesario, o el universo ciudadano, tendrá la suficiente madurez para elegir por propio albedrió al personaje en cuestión.

En el universo las estrellas, a pesar de su magnitud, enfrentan un ciclo de vida, una ley universal: nacen, viven y mueren; ley que no parece regir el universo coyuquense, donde sus grandes estrellas políticas se perennizan, negándose a sucumbir al propio desgaste del paso del tiempo; ante ello y ante las circunstancias de una cúpula política que se niega a renovarse, que se niega al creacionismo natural de liderazgos y aplasta todas las actitudes y caras novedosas y nuevas; muchos personajes han visto pasar su tiempo político sin que nada se mueva o gire políticamente sin que sea decidido por unos cuantos.

Ello ha propiciado verdaderas injusticias, porque es injusto quitar lo que por propio derecho se gana; nadie en Coyuca ha de dudar del trabajo y derecho ganado por Enrique Abadicio Nogueda para ocupar una regiduría, nadie puede decir que Enrique Abadicio no tenga los méritos académicos y trabajo partidario para estar en el lugar que ahora ostentan José Luis Ríos y Praxedis Rodríguez Luna, cuyos máximos méritos recaen en la inmensidad de las estrellas coyuquenses.

De Enrique Abadicio podemos precisar sus logros académicos correspondientes a una maestría y el ser parte importante en la academia de física en el estado, forjador de generaciones de estudiantes en el Cetis de Coyuca de Benítez. De Praxedis Rodríguez Luna, tiene como logro importante haber sitiado la cabecera municipal en los oscuros tiempos del perredismo, toma de instituciones y el intento de prender fuego a las oficinas del PRI, así como reducir a cenizas las cajas de importantes documentos históricos del municipio; a principio de los noventa intimidó y presionó de tal forma que fue premiado con una regiduría perredista, en la actualidad, con inigualable maestría en la manipulación es regidor por el PRI. De José Luis Ríos Flores, no sé, me es imposible precisar sus logros. Lo cierto es, que estos personajes, merezcan o no su actual posición; en ella va implícita la decisión del “gran elector” en que se han convertido personajes de la vida política del municipio.