viernes, 27 de abril de 2012

COYUCA DE MIS AMORES



Coyuca de mis amores, es un vídeo que contiene bellezas naturales de mi pueblo, espero que les guste con música de Pepe Aguilar, Perdóname.


Y puchenle a los anuncios no les quita tiempo uno a un costado y oro abajo del post.





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sábado, 14 de abril de 2012

F I N A L I Z O



Los Coyuquences, sedientos de diversión, abarrotaron el final de una feria mediocre, en la que disfrutaron de la compañía de amigos, algunos hasta las 10:00 horas del Domingo, esperemos que se presenten tiempos mejores y que la feria de La palmera, cumpla sus objetivos reales, ser una Expo, en donde se den a conocer la cultura, las artes, producción, tradiciones, servicios, historia, valores, sitios históricos y turísticos, los manjares de la cocina Coyuquence, etc. Para poder presumirle como debe de ser.



Su ultima feria, esperemos resultados.

Una michelada.

Un poco pobre la belleza.

Ummmmmm, rescatable.

Como siempre la presencia de los charros que engalanan todos los eventos.

Las adelitas majestuosas.

No se.

Representando a las mujeres.

Reyna de San Miguel.

Las mas bellas.

La mas pequeña representante de la belleza.





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martes, 3 de abril de 2012

P R E S A G I O


Nuestro cielo presagia tormentas, con mucha bruma, brisa y espuma, que producen, una gamma multicolor, con tonos cambiantes en ese arco iris de color, que nos brinda la madre naturaleza.
Con una poesía, Perversa, de Miguel Ángel Cuevas Guinto, Coyuquence.


Cesa la tormenta, las aguas se calman
débil sopla el antes rugiente viento.
Sólo está el cadáver de mi amor sangriento,
gigante despojo, al que los vicios lo inflaman.
Ya está mi alma doliente resignada,
no sufre ya la cruel traición.
Se cierra la herida por ti causada,
se acaba por ti mi devoción.

Cuantas veces tú de mi amor te reías;
cómo se desmoronaban mis ilusiones,
de vergüenza callaban mis mudas canciones
que cantaban, que algún día, para mi serias.

Ingenua ilusión, de ingenuo enamorado,
pérfida ya, tu amor a otros entregabas.

Tu amor por tantos besos gastados,
amor con el que a mi alma sangrabas.

Se desató en mi ser la tempestad,
se agitó agonizante mi alma.

Moribundo me veías con gran calma
entonces vi en tus ojos la perversidad.

Vi que no merecías mi sufrimiento,
vi el hielo de tus ojos como bellos diamantes,
extraídos por un pueblo doliente
del fondo del infierno rugiente.

Brotó entonces mi enterrado orgullo
como volcán que nace y calcina
que se yergue entre las altas colinas.

Bajé la vista y mi amor, ya no era tuyo.
Por fin me levantaba del suelo;
me erguí hasta alcanzar el cielo,
y libre, latió mi corazón
entonando un himno de liberación.





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